2010

Invierno seco y frío hasta marzo, con lluvias parejas, sin excesos evidentes. Verano seco, julio muy cálido, hermosa lluvia el 23. Agosto ardiente y, por lo tanto, año «normal» aquí: cálido, seco, en el que había que esperar para desbloquear las madureces fenólicas. Tras doce vendimias, ya no soy el hombre joven sin experiencia del comienzo; aprendí a darle tiempo al tiempo. Ahora, el equipo está más sólido y, por primera vez, tengo la impresión de poder tomar distancia, de alejarme un poco del furor cotidiano para pensar en lo que hay que hacer o no hacer, ya que las dos cosas son importantes.

Un ligero cambio en la crianza de Vieilles Vignes, con la maduración de los Garnacha tintos en pequeñas cubas de cemento. Un poco más de Monastrell, también este año, en Le Clos des Fées, porque fue estupendo. Una nueva cuvée, «Images Dérisoires», a base de Tempranillo, ensamblado por pura intuición con un poco de Cariñena tinto, completa mi trilogía de vinos «extraños», mi espacio de libertad.