2017

Añada compleja, versátil, rápida y lenta al mismo tiempo. Vendimias tempranas en el llano (comienzan el 8 de agosto), tardías en altura (terminan el 8 de octubre). Vendimias duras, marcadas por aceleraciones y momentos de espera. En definitiva, dos vendimias. La primera llega a su fin. Las uvas no me inspiran demasiado. Buenas, sin más. En perspectiva, ¿una añada media? Pero resulta que, quince días más tarde, comenzamos las laderas. De pronto, la bodega emite un aroma, sentimos que algo está pasando.

La poderosa helada del invierno es sin duda el motivo de estas diferencias. Los brotes surgen antes de la helada y las vides han seguido un itinerario antes de la helada (hace frío, aceleremos) y otro después de la helada (hace frío, ralenticemos). Bueno, puede ser. La monastrell termina más de dos meses antes de las primeras blancas. Durante el trasiego, busco en vano vinos que me parecían medios: han desaparecido, sustituidos por jugos texturados, aromáticos, de texturas densas… esta es una excelente añada. Equivalente al legendario 2007, todavía en proceso.

Plantación de vermentino en Espira de l’Agly entre las alegres bromas de los vecinos. Algunos predicen que no crecerá nada. Pero resulta que a mí me gusta hablar con los mayores y alguien me contó que, hace veinte años, la viña era muy hermosa. Quien ríe último, ríe mejor.